Todas las almas venimos a la Tierra con un propósito, y éste no sólo nos sirve en nuestra propia evolución sino que también ayuda a otros en sus propios caminos.

Nos lamentamos de sucesos de repercusión internacional, que para nuestro momento evolutivo resultan catastróficos; Nos olvidamos de que hay personas que necesitan pasar por esas experiencias para despertar.

Sus caminos, experiencias, bofetadas… atienden a un plan perfecto de evolución y ello merece el mismo respeto que nosotros mismos hemos necesitado ante nuestros propios tropiezos.

Siempre habrá alguien un paso por delante nuestro, a quien nuestras decisiones podrá doler, y su nivel de amor compasivo hacia nuestro camino hablará de su propia evolución.

Despreciar a otros por sus elecciones es un desprecio hacia nosotros mismos.

Alegrarnos de la muerte de políticos y dictadores es un desprecio a la vida misma. Es negar la perfección evolutiva de cada una de las almas de la Tierra, y de la nuestra propia.

Si nos preocupa el mal que hayan podido hacer, ayudaremos mucho más enviando luz a su alma para que pueda evolucionar; así estaremos ayudando a todos, iluminando los hilos invisibles que nos conectan, elevando los pactos de almas a nuevos niveles de conciencia…

Llenando la tierra de luz, que al final, es para lo que estamos