Es tiempo de cambio.
La Tierra se agita, como las aguas del océano cuando hay tempestad.
Los depósitos del fondo, ocultos, olvidados en su forma densa, son desprendidos y llevados a la superficie para ser expuestos a la vista de todos.
Algunos son arcaicos, fuera de tiempo y de razón.
Otros hieren los corazones limpios con sólo mirarlos.
La superficie se cubre de deshechos a la espera de que valientes corazones se presten a retirarlos y enviarlos a reciclar, para crear con ellos formas hermosas.
A pesar de que su visión resulte desoladora, sólo se trata de un velo que cubre la hermosa realidad de la Tierra, llena de vida, de color, de armonía.
Limpiemos juntos, con alegría, con bondad. Limpiemos, limpiemos, limpiemos… Sin dejar que la suciedad nos atrape y nos lleve a la desesperanza.
La Tierra cambia y con ella la humanidad. Puedes desesperarte y repetir una y otra vez lo mal que están las cosas, o puedes centrarte en los cambios positivos, en los logros y esperanzas, para así, atraer más.
Puedes lamentarte o puedes ser parte del cambio.
Puedes rendirte, o puedes ser cada vez más hermoso.
Tanto como el mundo que deseas ver.
Como eres.
Como es.