Hace tiempo vi un vídeo desgarrador sobre el rescate de una mamá orangután llena de quemaduras. La cara de sufrimiento de ésta madre y la imagen de su bebé abrazado a ella se me ha quedado grabado, y desde entonces no paro de investigar sobre el responsable de ésta maldad: El aceite de palma.
Antes de zambullirme en él, quiero remarcar que nos encontramos de nuevo ante uno de los grandes problemas del momento: la falta de información respecto a lo que estamos consumiendo. Y es que el consumismo descontrolado del primer mundo está causando estragos al planeta y es de vital importancia que nos informemos, que no echemos la vista a otro lado para seguir participando en la destrucción de nuestro hogar. Me gustaría investigarlo todo, pero hoy se lo debo a esa orangutana y a toda su especie, que por culpa de ésta locura está en peligro de extinción.
Empecemos por el principio.
El aceite de palma es el más utilizado del mundo, por delante del de soja o el de colza. Se produce a partir de los frutos de la palma aceitera africana y se ha convertido en una materia prima usada a nivel global para la elaboración de una gran cantidad de productos de la industria alimenticia y cosmética.
Su cultivo en Indonesia y Malasia, los dos países que concentran el 85% de la producción mundial, ha tenido un fuerte impacto ambiental y social.
Para que nuestros hijos lleven al cole galletas Oreo, para que nos pintemos los labios con Max Factor, para tener un pelo Pantene, para que nuestra ropa huela a Ariel, para que en el desayuno no falten galletas Fontaneda, ni margarina Tulipán, ni en el aperitivo patatas Lays, ni en la merienda de nuestros niños Nutella o Nocilla… cientos de animales pierden su hábitat, su alimento, mueren de hambre o calcinados, pues sus bosques tropicales son quemados para que sirvan para el cultivo del aceite de palma.
Deforestación de la Isla de Borneo,
una de las zonas del planeta más afectada por la producción masiva del aceite de palma.
Es posible que para algunos la extinción del orangután no sea una razón de peso para comenzar a mirar las etiquetas.
Sigamos.
Desde un punto de vista nutricional no es una opción muy saludable. El aceite de palma (derivado ed la pulpa del fruto) contiene un 50 % de ácidos grasos saturados (similamantequilla). El palmiste (aceite de la semilla de la palma) contiene un 80 %.
Estos ácidos grasos saturados son sólidos a temperatura ambiente y se consideran nocivos para la salud. Están asociados a arterioesclerosis, trombosis arterial y aumento en los niveles de colesterol en sangre.
Cada ciudadano consume una media de 10 kg de aceite de palma al año. Y no lo sabe.
Si no es por los orangutanes, ni por la deforestación, ni por el impacto social… al menos hazlo por tí, por tus hijos, por vuestra salud, o simplemente por que te están engañando. ¡Mira las etiquetas y no compres!
Mas cosas.
Como diversos organismos comenzaron a hacer mucho ruido para que se conocieran los daños ambientales y para la salud que ocasiona éste aceite, se creó una Alianza de empresas involucradas en su producción. Esta alianza se llama RSPO y certifica los productos que contienen aceite de palma sostenible. (mira las etiquetas…)
Como siempre encontramos casos en los que el dinero es lo único que impera:
Herakles es un cultivador de palma aceitera de Estados Unidos, miembro de la RSPO desde 2011. Esta compañía pretende crear una plantación de palma aceitera de 70.000 hectáreas en un paraje de Camerún cubierto por bosque tropical y rodeado por dos parques nacionales, una reserva forestal y un santuario de vida silvestre. Al ser miembro de la RSPO, y tener, por tanto, la obligación de respetar sus normas, Herakles no podía continuar con ese proyecto. Así que la empresa decidió renunciar a su compromiso con la RSPO y continuar sus actividades ‘al modo tradicional’.
En ésta tabla se recoge el grado de compromiso de las empresas que incluyen aceite sostenible en sus productos:
No hace tanto tiempo se podía elaborar una lista de productos que contienen aceite de palma. Hoy es absurdo, porque lo encuentas en practicamente todos los productos elaborados del supermercado.
Si te ha tocado este tema y deseas hacer algo al respecto, comienza por lo siguiente:
– Trata de elaborar en casa tus bizcochos, galletas, pan, utilizando aceite de oliva o de girasol.
– Consume productos ecológicos y respetuosos con el medio ambiente.
– Utiliza cosmética natural o aprende a elaborar tus propias cremas y jabones.
– Mira las etiquetas de todo lo que compras. Tardarás un poco más pero te sentirás mejor.
– Difunde ésta información. Mucha gente no sabe lo que está consumiendo.
– Educa a tus hijos en un consumo responsable.
No he querido incluir imágenes que hieran la sensibilidad. No obstante, si deseas saber la verdad, puedes buscar en google «aceite de palma orangutanes» y verás las imágenes de su padecimiento.
Fuentes consultadas:
www.ocu.org
www.natursan.net