Cada cierto tiempo es necesario parar ante un espejo y mirarse de verdad.

No al rostro, no a las arrugas, no a los ojos… sino dentro de ellos. 
Penetrar en uno mismo para reconocerse en lo que hay en el interior, en el auténtico ser, en el ser de luz que habita en las profundidades.
Pasamos la vida quejándonos de las cosas que nos suceden. Y no terminamos de tomar responsabilidad. Vemos desolados cómo en el camino de vez en cuando aparecen obstáculos que hacen que tropecemos y caigamos, a veces estrepitosamente. Y tratamos de encontrar la justificación fuera, echar la culpa al otro… y caemos en la autocompasión, nos lamentamos de lo mal que nos va, sin reparar ni un instante en que es muy probable que tu caída tenga mucho que ver contigo.
¿Te has preguntado dónde vibras la mayor parte de tu tiempo?
Creo que a éstas alturas del camino ya te habrás percatado de que las energías similares se atraen; que cuando estás en positivo, te ocurren cosas positivas; que por el contrario, cuando entras en frecuencias bajas, entra en tu vida un torrente de infortunio.
Dime una cosa:
 – ¿Conoces la luz? 
– ¿Sabes lo que significa estar en ella? 
– ¿Recuerdas cómo te sientes inmerso en su vibración? 
El abrazo de ese ser especial
El momento en el que tu compañer@ de vida te dijo por primera vez «te quiero»
El rostro de esa persona a la que ayudaste desinteresadamente
La sonrisa de tu hij@
El reencuentro entre dos seres que se aman
El rostro de un recién nacido
El momento en el que te sientes acompañado por seres de luz
Dios
Dios en tu interior
Ahora dime:
– ¿Conoces la oscuridad? ¿Qué significa estar en ella? ¿Cómo te hace sentir?
Ufff
Y por último: 
– ¿Dónde deseas estar? Pero de verdad… no a medias.
Si has elegido la luz, que seguro es así 
–  ¿Qué te impide estar en ella?
– ¿Cuántas concesiones más vas a hacer? 
– ¿Cuántos actos no-luminosos vas a permitir en tu vida?
No vale echar la culpa a otros. Tú eres el único artífice de tu vida, lo demás, vibra o no contigo. ¿No prefieres vibrar alto? 
Cada vez que hagas algo en tu día a día, preguntate: 
– Esto que estoy haciendo ¿Suma o resta? 
– De este acto que acabo de realizar, mis Maestros y guías que tanto trabajan por mí ¿Se pueden sentir orgullosos?
Toma responsabilidad de tu día a día, de tu vibración, de tu luz. Y entonces antes de lo que crees, en el momento menos esperado encontrarás lo que llevas toda una vida esperando.
Y desplegarás tus alas.