En algún lugar he leído que el Reiki ya no sirve, que se queda corto.
Como facilitadora de Reiki puedo afirmar, totalmente segura de lo que pienso y siento que Reiki está mas vigente que nunca.
Nos encontramos en un momento crucial para la raza humana, estamos asistiendo a un despertar de la consciencia sin precedentes y la energía que nos envuelve procedente del Universo y del corazón de la Madre Tierra, nos está dando el empujón que necesitamos.
Pero si nosotros no ponemos de nuestra parte el éxito del proceso de despertar peligra. Necesitamos una transformación interna para ser capaces de asimiliar e integrar esas energías. Y ahí es donde Reiki te puede ayudar.
Por supuesto que existen más herramientas que están contribuyendo a ello.
Reiki nos ayuda por muchas razones:
– Es una herramienta muy sencilla y fácil de comprender. Una vez que la conocemos, la incorporamos a nuestra vida de una forma alegre y natural.
– Nos conecta con nuestro Ser, ya que se trata, ni más ni menos que de la recuperación de un don olvidado. Nos ayuda a recordar quienes somos, cual es nuestra verdadera esencia.
– Su aprendizaje dividido en niveles nos permite ir abriéndonos a los tesoros que guarda a nuestro propio ritmo, pudiendo de ese modo disfrutar del camino que se abre ante nosotros.
– Sus principios son auténticas joyas de sabiduría, que lejos de tener que memorizarlos, quedan anclados en nuestro interior y así se comprueba cuando en poco tiempo, reparamos en que son nuestro nuevo modo de vida.
– Reiki nos coloca directamente en el Flujo Universal. Esto significa que en el momento en el que somos iniciados salimos del estado de desconexión en el que hemos crecido, y pasamos a un estado de conexión con la Fuente,
que nos pone en sintonía con el plan de nuestra Alma.
– Nos hace sentir alegres, positivos, optimistas, empáticos, compasivos, incrementa nuestra capacidad de perdonar, y lo más importante, nos implica en nuestra propia sanación, lo que nos ayuda a conocernos mejor, a querernos y a comprender nuestro papel en el mundo.
– Es una herramienta de acción rápida. Desde el momento en el que la recibes tu vida se convierte en una nueva aventura llena de incesantes momentos de plenitud. Comienzas un camino de ascenso ágil, dinámico, continuo, lleno de experiencias que solamente suman en tu día a día.
– Antes de lo que puedas imaginar, la certeza de que no eres un Humano con un Alma dentro, sino un Alma teniendo una experiencia en la Tierra, inunda tu Ser por completo. Y ya nunca vuelves a sentir miedo.
Podría seguir añadiendo puntos, pues Reiki es infinito.
Sólo me queda decir, Reiki es Amor, es la Fuente, es Dios… y por suerte, ¡está más vigente que nunca!