Que ese sea nuestro más elevado propósito para el retorno que está por llegar: Volver para Ser.

Que nuestras miradas sean más limpias y nuestras sonrisas más sinceras.

Que cada paso que demos, cada palabra que emitamos, cada decisión que tomemos… que todo aquello que emprendamos, sea siempre por un bien común.

Que mantengamos el cielo limpio, el campo intacto, los animales relajados. Que la Naturaleza siga pura y entregada, y nosotros seamos sus escuderos. Nunca más su destructor.

Que podamos seguir escuchando el silencio, y si éste se rompe, que siga siendo por el cánto de los pájaros, o por la risa de los niños, o por la música y las voces de aquellos que se expresan desde el corazón.

Que cuando volvamos a rozarnos, a abrazarnos y besarnos, lo hagamos guiados por el alma.

Que volvamos para Ser. Para servir, para sumar. Que volvamos con nuestros talentos a flor de piel, listos para acariciar con ellos las almas que nos rodean.

Que volvamos más maestros y más alumnos que nunca. Que lo demos todo y abramos el corazón a seguir aprendiendo.

Que la Vida sea Vida. Que los abrazos, abrazos. Y los besos, besos.

Que las palabras acaricien los corazones y tejan hilos de amor entre todos los seres.

Que todo lo que creemos sea bello y podamos decir orgullosos, que 2020 nos reseteo como individuos para volver a Ser juntos una hermosa humanidad.

Una nueva, justa y perfecta manifestación de Dios en la Tierra.