A lo largo del año celebro diferentes cursos y talleres, en los cuales me rodeo de personas maravillosas y siempre aprendo cosas nuevas. Cada curso es especial, un grupo de almas se reunen, se reconocen, comparten y celebran, y hacen la jornada inolvidable.

Desde hace unos años llevo observando algo, muy muy bello: cuando el curso coincide con uno de los momentos claves del ciclo vital de la Tierra, es decir, un equinocio o un solsticio, la energía es especialmente propicia para que el curso sea fluido, mas provechoso si cabe, sanador y totalmente enriquecido por dicha energía.

Los solsticios y equinocios establecen portales entre diferentes mundos. La energía de cada plano de consciencia se sutiliza, el espacio/tiempo de la tercera dimensión se disuelve para que podamos experimentar mas que nunca, la unicidad con el todo y nuestra pertenencia al Universo. Son momentos propicios para el trabajo espiritual, y sobre todo, para enfocarnos en energías de alta vibración. Momentos perfectos para recuperar las fuerzas, la fe y ponerse en acción para seguir avanzando a nivel espritual.
La Tierra, y todo en el Universo, es equilibro, es ritmo, es causa y efecto, es generación… las Leyes Universales operan para que la vida continúe… también están ahí para nosotros, aunque vayamos contra-corriente y no las aprovechemos.
Vivimos en desequilibrio con los ciclos de la Tierra, muy al contrario del resto de seres que habitan en ella. Así, en la época de recogimiento, de frío e hibernación, tratamos de mantener el mismo ritmo frenético que en épocas de fertilidad; y en épocas de siembra nos empeñamos en cosechar…
Sintonizar con los solsticios y equinocios implica alinearnos con los ciclos de la Tierra y recuperar la armonía y equilibrio internos. Son momentos para volver a Ser, para reencontrarnos con nuestra esencia y lograr grandes avances.
Y volviendo a los cursos que coinciden con éstas fechas… ¡son maravillosos! Los velos caen y nuestras almas recuerdan.
Hoy escribo éstas líneas porque éste mes de septiembre tengo a la vista un maravilloso curso de inciación a los Registros Akáshicos coincidiendo con el Equinocio de Otoño, la llamada celebración celta de Mabon o de la cosecha. También se la conoce como la celebración más importante de Avalon (isla de las manzanas) pues en ella se cosechan sus preciados frutos.(El momento cumbre será el día 23, pero el portal se abre unos días antes y se cierra unos días después).
Mabon es tiempo de recoger el fruto de nuestro trabajo: El cielo se abre sobre nosotros y derrama los presentes que nuestra alma está lista para recoger. Los velos se disuelven para que recibamos las respuestas que tantas veces hemos lanzado al Universo. En Mabón, nuestros maestros y guías están mas cerca nuestro y cualquier trabajo espiritual que hagamos en este momento, será faborablemente asentado en nuestro interior. Mabón es equilibrio, el día y la noche se igualan, y nosotros si lo deseamos podemos recuperar nuestro equilibro interno.
¿Se te ocurre mejor momento para recuperar éste maravilloso don que son los Registros Akáshicos?
Los Registros Akáshicos son la memoria de nuestra alma. Son los archivos que contienen toda la información referente al viaje del alma desde su inicio hasta el momento actual. Todos, absolutamente todos, estamos llamados a trabajar con los registros, el único requisito es desear de corazón, avanzar a nivel espiritual. 
Cuando nos inciaciamos en los Registros Akáshicos, lo que hacemos es sintonizar nuestro cuerpo energético con su energía, de tal modo que a partir de ese momento, podemos acceder a la información que en ellos se guarda y que nuestra alma está lista para recuperar.
Durante el curso de iniciación, elevamos nuestra vibración y recuperamos la conexión con los registros. Realizamos meditaciones, trabajos energéticos para ayudar a canalizar mejor y practicamos, abriendo nuestros registros y lanzando preguntas.
El curso de Registros Akáshicos es un antes y un después. Se trata de la herramienta definitiva para avanzar a nivel espiritual y vivir una vida de conexión y equilibrio.
 Este otoño te espero llena de ilusión, para acompañarte a realizar éste increible viaje.¡Te animas?