Todos somos parte del mismo paisaje, rico en colores, aromas y belleza. Cada uno diferente del otro, pues si todos fuéramos idénticos, el paisaje no existiría.
Todos nos complementamos, como piezas de un rompecabezas que encajan a la perfección cuando se encuentran.
Para formar parte de éste rico paisaje debemos mostrarnos como realmente somos, sin disfraces, sin importar la apariencia, sin demostrar nada a nadie.
El mundo necesita piezas auténticas para culminar su obra maestra, seres que se muestren como son, siendo lo que realmente han venido a Ser.
Recuerda que hay partes del paisaje incompletas, esperando de tu preciosa unicidad para formar un todo perfecto.
¿Has mostrado ya al mundo quién eres de verdad? ¿Has puesto tu belleza única y perfecta al servicio de la creación?