Ayer dediqué la mañana con ilusión a preparar una meditación sobre la Navidad. Como suelo hacer abrí los Registros Akáshicos y el resultado no me dejó indiferente.
Me embarqué en un aventura por el espacio rumbo a un lugar incierto, arrastrada por la cola de un cometa (luego comprendí que era la Estrella de Belén). Y ese lugar magnífico hacia el que me dirigía desprendía una luz azul y dorada de tal pureza que la emoción de visitarlo me sobrepasaba a medida que me iba acercando.
Al llegar a ese lugar me recibió un ser alado, hermoso, y a través del pensamiento me explicó que mi emoción estaba más que justificada, iba a vivir el momento más emocionante de mi existencia: iba a traspasar un portal dimensional para anclar a mi corazón la Energía Crística.
Me preparé para el momento tomando aire y al atravesar la luz azul me encontré en un espacio de paz y amor eterno, puro. La sensación era sublime, algo fuera de lo normal.
La figura femenina de una maestra me hizo señas para que me acercara y al hacerlo me tendió al bebé que acunaba en su regazo. Y así lo hice, con infinita emoción lo abracé e inmediatamente una oleada inmensa de amor me recorrió de la cabeza a los pies. No quedó rincón en mí que no recibiera ésta energía y finalmente se arremolinó en mi corazón formando una figura poliédrica que en su centro daba lugar a una estrella de seis puntas. En ese instante experimenté una apertura de conciencia universal, y pude visitar cada rincón de Universo en décimas de segundo.
Pero mi pensamiento en seguida se fue a la Tierra. Entonces ví cómo del portal salía un enorme haz de luz en dirección a nuestro planeta y al llegar a él lo bañó por completo. Y vi a mis hermanos recibiendo la energía; muchos lo hacían sin enterarse, distraídos, dormidos aún en la energía densa, otros se detenían por un segundo y buscaban a su alrededor… otros tantos abrían su corazón con dicha y emoción.
– ¿Qué ha pasado?.- Pregunté al Angel sorprendida.
-¿No pediste recibir la energía de la Navidad en tu corazón? Eso es lo que ha sucedido.- Respondió sonriendo divertido.
– Bueno, no se parece mucho al que ponéis en vuestros hogares, pero también sirve. El vuestro es una representación física del que has visitado, que es un portal dimensional; a través de él puedes recibir a Jesús en tu corazón si así lo deseas. Sólo tienes que abrirte a Él con un auténtico y puro deseo de corazón. Como has visto, María está deseando que abracen a su pequeño…
– Claro… ahora entiendo porqué se le llama portal, y no pesebre o establo. ¡Qué tonta, no había caido en ello antes!
– Lo importante es, que en éstas fechas que la energía Cristica está más cerca de la Tierra y se abren miles de portales dimensionales, cada hombre abra de una vez su corazón y reciba a ese bello bebé que trae el amor y la paz al mundo. Y así la Tierra comenzará a vivir de verdad en la energía Crística, que es en lo que vuestro Maestro Jesús lleva 2014 años trabajando.
– ¿Y cómo puedo yo ayudar en ésto?
– Abraza, abraza a los tuyos, abraza a tus hermanos. Y cuando lo hagas deja que la estrella de tu corazón conecte con sus corazones. Así irás dejando semillas a tu paso y ellos también lo harán y poco a poco se irá tejiendo una red que rodeará a la Tierra. No estás sóla, muchos son los hermanos de la Tierra que trabajan desde hace tiempo de éste modo. Ahora te sumas tú a éste bello trabajo.
– Gracias, gracias de veras. Este es el mejor regalo de Navidad que se puede pedir. Espero no fallarte, deseo hacerlo lo mejor posible.
-Imposible que te equivoques si lo haces desde el corazón. Confía, no estás sóla.
Mi vehículo-cometa me esperaba para regresar. Podrías pensar que marcharme de allí debía resultarme doloroso, pero no fue así; llevaba en mi interior la energía de ese lugar y sabia que no me iba a abandonar. Y un mensaje contundente:
La energía Crística lleva tiempo llegándonos a la Tierra y propiciando un cambio global. No tenrminamos de abrirnos, de entender, de despertar. Seguimos jugando al escondite, con la teoría aprendida pero aún sin hacerla realidad.
Arriba esperan pacientes, llenos de amor, a que dejemos el juego y cambiemos el mundo. ¿Por qué no hacerlo ésta Navidad? Traspasemos todos nuestro Portal de Belén y comencemos 2015 envueltos en la energía de Jesús recién nacido.
Sólo tenemos que abrir el corazón y confiar. No estamos sólos.