Una de las experiencias más gratificantes, sobre todo cuando estás comenzando a practicar con la energía es poder dar Reiki a un animal.
Distribución de los chakras en el perro |
Si tienes en casa un perro o un gato será una muy buena forma de practicar ya que ambos son unos buenísimos receptores y aceptarán de muy buen grado que les des una pequeña sesión. El perro además, por su predisposición a las caricias y mimos se entega con especial interés.
La sesión con animales llama la atención en primer lugar porque el tiempo de actuación del Reiki es mucho más rápido: si con una persona estás en un punto durante cinco minutos, con un perro en dos minutos lograrás el mismo efecto.
El animal por su parte al poquito de comenzar estará totalmente entregado a la causa, quedando inmóvil y con la única preocupación de que aquello tan placentero se acabe en algún momento.
Es curioso además cómo hasta el animal más nervioso se calma (dejando incluso de mover el rabito), por ello sería muy recomendable dar sesiones de Reiki a algunos animales antes y durante aquellos procesos que les alteran especialmente: vacunas, baños, cortes de pelo, etc.
En una ocasión varios practicantes de Reiki hicimos un envío de Reiki a distancia a una gatita afectada de piedras en los uréteres. Después de estar internada en una clínica veterinaria, sometida a tratamiento durante dos semanas no consiguieron que expulsara ninguna, así que la mandaron a casa pesando apenas un kilo y medio y con muy pocas posibilidades de recuperación. Su dueña desmoralizada se encontró alimentando a la gata con suero inyectable y esperando en cualquier momento un triste desenlace.
Me pidió que le enviara Reiki a distancia, y así lo hice junto con varios compañeros. La sorpresa fue que al día siguiente la gata mostró mejoría y cuando a los dos días la llevó al veterinario comprobaron cómo había expulsado todas las piedras y comenzaba a comer alimento sólido por sí misma.
Montse Carracedo
Maestra de Reiki