Hace poquito canalicé una información, que me resultó especialmente bonita, y me gustaría compartirla, pues es posible que a alguien le pueda resultar de utilidad. Deseo que te guste.
SOBRE EL PROCESO DE ASCENSIÓN Y EL RE-ENCUENTRO DE LAS ALMAS GEMELAS
En los últimos años se ha hablado mucho sobre la Ascensión. Ese proceso que muchas almas de la Tierra están experimentando y que tan trabajoso resulta en estos tiempos revueltos.
Estamos viviendo un periodo especialmente complejo, con una clara ruptura a todos los niveles, que nos hace percibir un efecto contrario al deseado: Si estamos en proceso de ascensión, es decir, emprendiendo el camino de regreso a la Fuente, al hogar, deberíamos tender a la Unidad y no a la separación… ¿no?
En realidad, así es: debemos re-encontrarnos en el camino de regreso. Pero no todos.
La separación que estamos viviendo atiende al libre albedrío, a una última llamada para que las almas se posicionen, elijan: ¿Te quedas en la Tierra que ya conoces o te apuntas a la Nueva Tierra?
Encontramos un importante grupo de almas dispuestas a mantener el sistema como está, que vibran con él y no desean cambiarlo. También muchas otras que, junto a las anteriores, lo sostienen desde el miedo, porque a pesar de no vibrar del todo con él, no se atreven a cambiarlo.
En el otro extremo encontramos otra gran cantidad de almas deseosas de cambiar el mundo. Almas que ya no vibran con el sistema, que desean cambios profundos a todos los niveles y no se sienten capaces de sostenerlo por más tiempo.
En el medio de ambos bandos encontramos almas que aún no se han posicionado, que dan pequeños pasos en una y otra dirección.
Las almas que se han posicionado en el lado del cambio, que se dirigen a la Nueva Tierra o lo que es lo mismo, que han iniciado el proceso de Ascensión, se encuentran sumergidas en un viaje complejo, a veces doloroso, que requiere desapegarse de todo un sistema de creencias que sostiene la matrix.
En el lado más hermoso de este viaje, ocurren cosas tan, tan bellas, que faltan palabras para expresar su grandeza. Es el caso del encuentro de las llamas gemelas.
Para comprenderlo mejor, es necesario explicar la diferencia entre «almas complementarias» y «almas gemelas». Ahí va:
Al entrar en la densidad de la tercera dimensión, una «super-alma» se divide en cientos de partes más pequeñas (en realidad se van separando de dos en dos, varias veces). Estas partes son las llamadas almas gemelas y son idénticas las unas a las otras. Cada una se sumerge en su propia experiencia kármica, con el correspondiente olvido respecto al lugar de origen y la auténtica identidad divina.
Puesto que se dividen varias veces, hay almas gemelas de diferentes grados y según lo siento yo, el grado más puro, se da entre almas gemelas que se cruzan para experimentar amor romántico, atendiendo a la ley de generación, que permite que las almas sean co-creadoras con el universo. En otros grados te encontrarás con almas gemelas amigas, hermanas, hijas….
Durante la rueda de la encarnación o rueda del karma, el alma (confundida por el ego) se siente imperfecta, llena de fallas e incompleta. El alma en esos momentos de su viaje se siente atraida por almas opuestas, con características contrarias a las propias, en la necesidad de completarse o complementarse. Es lo que llamamos «almas complementarias», con las que hacemos pactos álmicos trascendentes para nuestra evolución, que implican la superación de karmas.
Una vez superada la rueda del karma, el alma está lista para iniciar la Ascensión. En ese momento de trascendencia de la tercera dimensión, las leyes Universales rigen con mayor fuerza, pues el alma ya no ejerce resistencia, se siente conectada con el Universo y el libre albedrío ya no es necesario.
El alma se ama y se siente completa. Por la Ley de la Atracción, atrae todo lo que vibra con ella y el paisaje que le rodea empieza a cambiar. Y lo que es más hermoso de todo, comienza a reunirse con sus otras partes, por resonancia o afinidad. Es cuando comienza el re-encuentro de las almas gemelas. 
El reconocimiento del alma gemela supone un importante punto de inflexión, pues muchas de las teorías aprendidas hasta el momento, comienzan a ponerse en práctica. Se experimenta una auténtica explosión del amor en toda su perfección divina: El amor limpio de las ataduras del ego, en un deseo sincero de que la otra parte sea ante todo feliz y cumpla su plan divino.
Se siente una atracción sobrenatural hacia el otro, un deseo puro de estar a su lado; y es que, al tratarse de una misma energía en dos cuerpos diferentes, la tendencia natural es a estar unidas.
Si has encontrado a tu alma gemela debo felicitarte: Te encuentras ante una auténtica aventura espiritual que te abre las puertas de la gran maestría de tu vida. Vas a experimentar una unión que trasciende de la mera experiencia física y te permite conocer en profundidad tu auténtica divinidad, libre de las ataduras del ego.